De lo anterior podemos inferir que la mente contiene herramientas (capacidades) que nos ayudan a entender (intelectuales) las relaciones con nuestros semejantes (humanas). ¿Cuales son estas herramientas?

• LA PERCEPCIÓN
• LA MEMORIA
  
• EL PENSAMIENTO
  
• LA VOLUNTAD
  

PERCEPCION: Representación de algo en la mente, idea.

Una simple idea con respecto a algo o alguien logrando que nuestra realidad se conforme a partir de ella. No caemos en la cuenta que la percepción solo puede ocurrir en el presente, es decir es una acción temporal o para ponerlo en términos más simples, es una constante elección. La correcta percepción debe ser dinámica y siempre cambiante para que nos sirva como instrumento de comprensión en el presente dinámico y siempre cambiante en el que se manifiesta la vida. Los humanos sentimos, decidimos y actuamos pensando que nuestras percepciones pasadas son válidas por lo que nos convertimos en animales de costumbre e imitación más que de espontaneidad y creatividad.

Utilizar lo viejo –la percepción anterior, para enfrentar lo nuevo –el momento presente, siempre será el origen del conflicto.

La percepción es la facultad primera que utilizamos en el proceso mental, por lo que es de vital importancia percibir adecuadamente para que las demás facultades nos sean de utilidad. La cultura, la educación y los dogmas, son factores que influyen y alteran la forma de percibir. Es como si un capturista de datos ingresa información equivocada a una computadora; la máquina puede ser maravillosa, pero si trabaja con información equivocada, el resultado no servirá; entender el proceso de percibir adecuadamente, a nosotros mismos y a nuestro entorno, es vital para que la mente funcione correctamente y sea un instrumento de amor y no de miedo.

Cuando yo condeno algo, no lo comprendo, aquí se encuentra la raíz del miedo. Ver los problemas desapasionadamente, sin interpretación, con un espíritu sencillo es fundamental para percibir con claridad. Entender que todas, absolutamente todas las situaciones que se nos presentan son únicas e irrepetibles y que para entenderlas y aceptarlas necesitamos una mente nueva, ausente de prejuicios e ideologías. Solo en ese vacío de información surgirá espontáneamente, como por arte de magia, la comprensión profunda y verdadera de la realidad que vendrá acompañada de un sentimiento de paz que nos confirma que vamos por buen camino.

MEMORIA: período de tiempo anterior al presente – tiempo ya transcurrido. Capacidad de recordar cosas pasadas.

De acuerdo a esta definición queda claro que la memoria esta atrapada en el tiempo y de acuerdo al uso que le demos podemos estar o no atrapados con ella, es obvio que la memoria es una facultad muy útil, es el almacén de datos, experiencias y sentimientos; sin ella no podríamos recordar donde vivimos, quien es nuestra familia, donde dejamos las llaves etc ; sin embargo también la usamos para recordar quién nos ha ofendido por lo tanto hemos adquirido la mala costumbre de utilizar los hechos pasados para enfrentar el presente.

Hacer uso de la memoria “practica” es indispensable para poder funcionar en el mundo, deshacernos de la memoria “emocional” es necesario para funcionar en el terreno de las relaciones.

La memoria esta siempre condicionada por la percepción y por el tiempo, es por eso que en ella reside el miedo que se manifiesta siempre en referencia a algo o alguien; en el momento que sentimos miedo invariablemente nuestra mente va al archivo de recuerdos (aprendidos o impuestos) y relaciona el hecho del momento con uno del pasado obligándonos a reaccionar de tal o cual forma. Es por esto que es imposible comprender lo atemporal – el amor, el perdón, la gratitud, etc. - con un recurso que solo vive en el tiempo, la memoria no nos ilumina. La Luz es lo desconocido.

Nada lo expresa más bellamente que el siguiente pensamiento de La Madre Teresa de Calcuta.

La Madre Teresa esta ausente de memoria emocional y hace perfecto uso de su memoria práctica, no basa el fortalecimiento del “yo” ni del “ego” en sus experiencias, mas bien las convierte en “momentos santos”. Solo así es posible liberarse del pasado psicológico que tanto nos atormenta. Deshacernos del recuerdo del ayer que condiciona el hoy y configura el mañana nos hará sentir una profunda y cálida paz que es el terreno propicio para la manifestación del Amor Verdadero.

PENSAR: Formar y ordenar en la mente ideas y conceptos. Examinar con cuidado una idea, asunto, etc.

Si hacemos, nuevamente, la analogía con el proceso computacional, el pensamiento, es el procesamiento de datos. Con el, hacemos deducciones, abstracciones, comparaciones y conclusiones. Tradicionalmente al pensar siempre usamos la percepción y la memoria como materia prima fundamental, por lo que normalmente nos movemos entre recuerdos y proyecciones lo que nos lleva a evadir el momento presente donde se manifiesta el proceso creativo del pensamiento. “El pensamiento entiende, el Ser sabe.”

Podemos decir que si usamos el dichoso pensamiento para investigar, comunicar y descubrir, estaremos haciendo un uso adecuado del pensamiento y avanzaremos en los terrenos tanto personal como social; por el contrario si lo usamos para juzgar, racionalizar e interferir con la comprensión, podremos decir que estaremos haciendo un uso inadecuado de él y lo advertiremos en nuestra poca integración con los demás, en nuestra escasa vida interior, en el creciente numero de apegos y en un constante sentimiento de desasosiego. Nuestro cerebro pasará la mayor parte de su tiempo rumiando ideas alrededor de los celos, las envidias, las expectativas, la decepción y el control.

Se nos ha dicho que pensar es bueno y nos hemos acostumbrado a tener la mente ocupada, dándole vueltas a lo mismo. Siempre estamos envueltos en diálogos interminables con interlocutores ausentes, anticipando sus preguntas y preparando nuestras respuestas terminando por entender cada vez menos nuestra ansiedad. Algunos estudios nos indican que el hombre moderno tiene entre 60,000 y 100,000 pensamientos diarios y que el 80% de ellos son: o de carácter sentimental o de carácter económico; ambos fuentes primordiales de apegos. No vale la pena preocuparse por las cosas sobre las que no tienes control, porque si no puedes hacer nada, no tiene sentido que te preocupes. Tampoco tiene sentido preocuparse sobre las cosas sobre las que tienes control, porque si tienes control, no hay razón para preocuparse.

Al detener el torbellino de razonamientos, aunque sea un instante, encontraremos chispazos de luz y comprensión provenientes de territorios desconocidos; ideas y soluciones se presentarán de manera espontánea y obtendremos un mejor entendimiento y más conciencia. No es broma cuando los grandes maestros espirituales nos invitan a meditar, no es necesario darle vueltas eternamente a una situación para entenderla, detener el proceso del pensar, aclara, permitiendo que la mente universal se exprese a través de nosotros. La iluminación, la claridad, la revelación o como se le quiera llamar, llega sola, no es una facultad del pensar, es una facultad de estar en el presente.

Osho, que es un gran filósofo espiritual, afirma: “Donde no hay orden, tampoco hay desorden, solo espontaneidad”. Igualmente otros grandes filósofos estudiosos de los procesos espirituales nos dicen que el pensamiento debe detenerse para descubrir formulas diferentes, opciones insospechadas y creatividad sorprendente. Algo digno de reflexionar cuando nos aquejen nuestros pensamientos obsesivos.

Sin lo desconocido no hay aventura, no hay vida nueva, no hay eternidad...

Hay que elegir la vida, el momento actual, el instante divino, al tiempo que aceptamos con serenidad la misteriosa fuerza del futuro, haciendo aquello que se supone ha de hacer mientras nuestros cuerpos envejecen. Por ende, somos responsables y no lo somos, ambas cosas a un mismo tiempo. Los opuestos coexisten pues vivimos a la vez en un cuerpo con límites y en un mundo interior sin fronteras.

Por lo tanto repite: No vale la pena preocuparme por las cosas sobre las que no tengo control, porque si no puedo hacer nada, no tiene sentido preocuparme. Tampoco tiene sentido preocuparme sobre las cosas sobre las que tengo control, porque si tengo control, no hay razón para preocuparme.

Es una gran experiencia permanecer en estado de aceptación metafísica

VOLUNTAD: Capacidad de determinarse a hacer o no hacer algo. Deseo, aquello que se quiere.

La voluntad la podemos entender como esfuerzo o iniciativa para - con la ayuda de las demás facultades de la mente -cambiar o aceptar algo. El esfuerzo, la “fuerza de voluntad” contaminados con una percepción equivocada, una memoria ciclada o un pensamiento racionalizado, impide el conocimiento interior. Cuando se utiliza la voluntad como esfuerzo debe ser siempre para obtener algo externo, leer un libro, practicar algún deporte, estudiar, trabajar, en fin, “ser alguien”, llevada a un punto extremo resulta en comportamientos obsesivos tendientes al fortalecimiento del “yo”, al egocentrismo; la voluntad como esfuerzo no nos es útil para solucionar los problemas que nos angustian, no se puede, por medio de la fuerza de voluntad, quitarnos los miedos, odios o rencores, lograr el silencio interior o vivir en el presente.

El origen de la inconformidad, motor de la fuerza de voluntad, no esta en lo que sucede, está en quien la padece.

El timón de la nave mental (percepción – voluntad) es la inteligencia y sin ella nos quedamos a la deriva. La inteligencia es una expresión de Amor que permite que la voluntad tenga intención, o sea, rumbo, cuando la voluntad se aplica con intención, se manifiesta la inteligencia con su misteriosa presencia que “sabe”, como quien dice se manifiesta como sabiduría aplicada. Las siguientes características definen a las obras de amor inspiradas con inteligencia (voluntad con intención):

• Se ofrecen, no se imponen.
• No se hacen por deber, menos aún por compulsión.
• Si se hacen con la mano derecha, la izquierda no se entera.
• No están condicionadas ni a la gratitud ni a la ingratitud de quien las recibe.
• No son condescendientes con el abuso o capricho ajeno.
• Si son en beneficio propio se originan en la comprensión y no en el reproche.
• A quien las hace le corroboran e incrementan la cercanía, la paz.
• Rara vez son espectaculares.
• Si no pueden hacerse no hay ansiedad.
• No suplantan el quehacer ajeno de quien las recibe.

Es importante apreciar que ninguna de estas características requiere del esfuerzo para su consecución; la inspiración no se puede gobernar. Olvidarnos de dogmas, mitos, modelos a seguir, educación y demás influencias para entendernos y aceptarnos como somos, nos acerca a la realidad. Estas acciones nos llevan al vacío donde surgen la inspiración, la creatividad, la espontaneidad y la inteligencia. El Amor no tiene substituto.

Estas cuatro facultades son las que nos permiten, con la ayuda de nuestros sentidos, captar, almacenar, decidir y actuar. Por desgracia la mayoría de nosotros dedicamos la mayor parte del tiempo a usar nuestras facultades en actividades para las que no fueron creadas, así usamos la percepción para alterar la realidad a nuestra conveniencia, la memoria como un refugio de autoafirmación psicológica, el pensamiento para criticar y juzgar a nuestros semejantes y la voluntad para intentar controlar situaciones y personas. Es necesaria la comprensión de cada una de estas facultades para liberar nuestra mente del pasado y la proyección del futuro y así instalarnos en el eterno presente. Aquí la realidad tomará una forma nueva y fresca que nos permitirá encontrar la única conciencia que nos dará oportunidad de establecer relaciones plenas y profundas basadas en la comprensión, la aceptación y el Amor Verdadero.